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viernes, 3 de junio de 2011

Fumando espero

El otro día se celebró el Día Mundial Libre de Humo y Tabaco. En Buenos Aires y varias ciudades mas se prohibió fumar en lugares públicos o cerrados. Tambien había quedado prohibida la publicidad de cigarrillos en televisión, radio, afiches, camisetas de fútbol, etc
Ahora acá vamos a ver un poco la historia del cigarrillo en América Latina y como fueron sus costumbres

El Cigarro. Historia y Cultura

El 28 de octubre de 1492 fue una fecha clave en la historia del tabaco. Ese día, Colón y sus naves llegaron a la bahía de Bariay, cacicazgo de Maniabón, en la costa noreste de la isla de Cuba, al norte de la actual provincia de Holguín. "...Es aquella isla la más hermosa que ojos hayan visto..." escribiría luego Colón en su diario, impresionado por el esplendor y la variedad d que le ofrecía la tierra que acaba de descubrir.


Unos días más tarde Colón, como era su costumbre, mandó a dos de sus hombres, Luis de Torres y Rodrigo de Xerez, a explorar la zona circundante y, si era posible, contactar con los emisarios del Gran Kan. Colón aún creía que había llegado a las Indias, y su única obsesión era reunirse con dichos emisarios para llevar a cabo la principal misión que le habían encomendado los Reyes Católicos: firmar un tratado comercial.

Entre los días 2 y 5 de noviembre, los dos exploradores recorren la zona próxima al lugar de desembarco y se encuentran con los habitantes de la isla, los indios Taínos. Una de las cosas que más les llama la atención es ver a hombres y mujeres aspirando el humo de unos cilindros de hojas secas.

De regreso a Playa Blanca, en la bahía, relatan a Colón lo que han visto y éste hace la siguiente anotación en su diario el día 6 de noviembre de 1492:
"...Iban siempre los hombres con un tizón en las manos (cuaba) y ciertas hierbas para tomar sus sahumerios, que son unas hierbas secas (cojiba) metidas en una cierta hoja seca también a manera de mosquete..., y encendido por una parte del por la otra chupan o sorben, y reciben con el resuello para adentro aquel humo, con el cual se adormecen las carnes y cuasi emborracha, y así diz que no sienten el cansancio. Estos mosquetes... llaman ellos tabacos".

Hay que destacar las palabras "cuaba", "cojiba" y "tabaco" que utiliza Colón en su diario. Se cree que "cojiba" (también cohiba, cohoba o cojoba) es la palabra taína que designaba al mosquete o rollo de hojas secas que fumaban, el primer nombre del cigarro. "Cuaba" hace referencia a un arbusto del Caribe que aún hoy se utiliza en el campo para transportar fuego de un lugar a otro y para encender hogueras, debido a su extremada combustibilidad. Y "tabaco" era el nombre del tubo en forma de "Y" con el que los indios aspiraban tabaco en polvo, aunque hoy es la palabra que se usa en Cuba y República Dominicana para decir "cigarro".

Se cree que la planta de tabaco, la "Nicotiana Tabacum", es originaria de la zona del altiplano andino y que llegó al Caribe unos 2.000 ó 3.000 años antes de Cristo. Cuando Colón llegó a América, la planta ya se había extendido por todo el continente y casi todas las tribus y naciones de América habían tenido contacto con el tabaco y tenían con él una relación más o menos intensa.

Lo utilizaban en sus ceremonias mágicas y religiosas (los chamanes lo usaban para entrar en trance y ponerse en contacto con el mundo de los espíritus), en medicina (hacían cataplasmas para curar afecciones de la piel) e incluso había tribus que lo consumían como alimento. Fruto de este intenso contacto de los indios con el tabaco, los españoles se encontraron con un sinfín de palabras que designaban al mismo, cada una en una lengua o dialecto diferente: yoli, petum, picietl, cumpai, tobago, etc.

Siglo XVI - XVIII

Los primeros tiempos del tabaco no fueron impresionantes. La colonización, el establecimiento de ciudades, puertos y bases comerciales eran prioritarios. Cuando empezaron a crecer estos asentamientos debido al comercio y a la afluencia de colonos, la principal preocupación de las recién creadas "ciudades" fue la obtención de alimentos para mantener a su creciente población. No cabía el cultivo de una planta que no era comestible. Pero poco a poco, las colonias superaron la necesidad de una economía de subsistencia y sus habitantes pudieron dedicarse a otras actividades, entre ellas el comercio, especialmente el de los excedentes agrícolas y el de los nuevos y exóticos productos de lujo provenientes del Nuevo Mundo.

Pero Colón y sus hombres ya habían mostrado al mundo el tabaco y, poco a poco, este empezó a ser conocido y apreciado en otros países. Walter Raleigh, lo llevó a Inglaterra y Jean Nicot, embajador de Francia en Portugal (a él se debe el nombre de la Nicotiana Tabacum), lo introdujo en la corte francesa recomendándoselo a la reina como remedio para sus jaquecas.

El uso del tabaco se puso de moda entre las clases acomodadas debido a que durante esos primeros tiempos se le atribuyeron infinidad de propiedades curativas, casi milagrosas. Pero no era consumido en forma de cigarro, sino en polvo, una de las formas sencillas en que lo consumían los indios.

Surgieron los "molinos de tabaco" que se encargaban de obtener el valioso polvo conocido como "rapé" (en francés, raspado), raspando y moliendo la hoja de tabaco que había sido tratada previamente. Esta fue la forma más frecuente de consumir tabaco durante el s. XVI y primera mitad del s. XVII.

En el Archivo Histórico de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, se constata que los cigarros cigarros elaborados por hombres, arrancan allí en la segunda mitad del siglo XVII (1686), y en la Fábrica de Cádiz, algo más tarde, empiezan a ser elaborados por mujeres, origen de las célebres "cigarreras".

La manufactura de estos primitivos cigarros manuales no era muy diferente de la actual. Se fabricaban cigarros grandes en los que la capa se sujetaba por sí misma gracias al almidón en el que se humedecía, ganando rigidez y facilitando la introducción de la tripa. Los cigarros medianos de "hila colorada" (otro método para sujetar la capa era atarla con un hilo), muy apreciados en la época, eran conocidos como "papantes", y precisaban de mayor destreza al no recibir almidón. Además, se elaboraban otros cigarros pequeños, que alcanzaron gran celebridad, atados con hila blanca, "a la moda de Cádiz".

La primera aparición de las anillas se relaciona con la necesidad de tapar el hilo que ataba la capa y evitar que quedase colgando. Más adelante, las anillas se hicieron algo más anchas para evitar que los caballeros se mancharan los blancos guantes al sujetar el cigarro.

De ahí a que se imprimiera en ellas la marca del fabricante quedaba sólo un pequeño detalle: la invención del sistema litográfico de impresión. Los primeros cigarros Habanos llegaron desde la Real Compañía de La Habana en 1747, incrementándose su consumo en las décadas siguientes.

Siglo XIX

Es a partir del s. XIX cuando realmente despega la primera industria tabaquera, la de Cuba. Surgen multitud de "chinchales" (pequeños talleres de torcido de cigarros), de los cuales sólo unos pocos conseguirán triunfar. Pero es durante la segunda mitad del siglo cuando se va a empezar a aclarar el panorama y, a pesar de que siguen surgiendo chinchales, empiezan a consolidarse las grandes marcas clásicas, marcas que han llegado con todo su prestigio hasta nuestros días.



http://www.monografias.com/trabajos29/el-cigarro/el-cigarro.shtml


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